Benita del Vallehabía desaparecido de su domicilio en Pajarillos el 1 de marzo de 2005, estaba en un proceso de separación con su marido, pero en palabras de su hija el proceso era absolutamente normal y cordial, sin ningún atisbo de enfrentamiento.
Durante todos estos meses me ha acompañado en mi camino a la universidad la imagen de esta mujer pegada a las farolas sobre un número de teléfono, imagen que con el trascurrir de los días se me fue haciendo familiar y incorporando la cotidianidad del sufrimiento por la ausencia del ser querido, de la madre, de la hija, de la hermana... Periódicos, internet... todo indicaba que la desaparición podía haber sucedido de una manera poco habitual, ya que Benita había salido de su casa en su vehículo, bien vestida, y según cuentan sus familiares "a resolver un asunto al centro". Nunca se la volvió a ver.
Desgraciadamente esta mañana, las sospechas que ayer empecé a tener al leer el Norte se confirmaron, Benita había sido salvajemente asesinada por su marido que desmembró el cuerpo arrojándolo al río para borrar pistas. Tras haber encontrado uno de sus brazos y posteriormente la cabeza, se empezaron las pruebas de ADN para confirmar su identificación, ante lo cual el marido de Benita, esta misma mañana se confesó culpable del salvaje crimen.
Descansa en paz Benita, y desde aquí acompaño en el sentimiento a toda la familia en espera de que se haga justicia a su muerte.
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